“Annabelle” existe y es real.
Está aterrorizando en todo el mundo,
una serie de sucesos paranormales acompañan a la espantosa muñeca que ya llegó
a México y se tomó varias selfies en sitios emblemáticos de la ciudad.
“Antes de El Conjuro existió Anabelle” es la frase
publicitaria de la película, la muñeca que apareció por primera vez en el cine
en esta cinta ha cobrado vida propia y ya tiene su propio filme.
A principios del siglo XX el juguete pertenecía a una
tradicional línea de productos infantiles conocidos como Raggedy Ann, famosos
entre las niñas de esa época.
Para 1970 esta clase de muñecas no habían perdido su
vigencia y seguían generando atracción en niñas y coleccionistas de juguetes.
Donna era una estudiante de enfermería que vivía en una casa
junto a Angie, una amiga que cursaba la misma carrera universitaria; cuando
cumplió 20 años, su madre le regaló una muñeca que tenía el tamaño real del
cuerpo de un niño de dos años; sin embargo, el regalo que había recibido Donna
resultó ser muy diferente.
Donna solía decorar su cama con la muñeca y empezó a notar
que cuando volvía de la universidad el juguete no se encontraba en la posición
en la que lo había dejado. La situación se volvió preocupante cuando las
jóvenes entraron un día a la casa y se encontraron con la pequeña Ann
arrodillada frente a la puerta de entrada. Ahora la muñeca se trasladaba sola
por los cuartos.
Lou era el novio de Donna y desde que vio el juguete por
primera vez sintió un rechazo enorme hacia el regalo que le habían hecho a la
joven. Había algo siniestro en esa muñeca de apariencia inocente que no podía
explicar.
El tema pasó a ser más serio cuando las chicas empezaron a
encontrar mensajes en la casa escritos con la letra de un niño en papeles de
pergamino. Los mensajes era siempre los mismos: “Ayuda“ y “Ayuda a Lou”.
La primera reacción fue el temor al que alguien estuviera
entrando en la propiedad para hacer ese tipo de bromas pesadas, Donna y Angie
decidieron tomar precauciones por miedo a que se tratara del algún delincuente
y fue por aquellos días cuando la situación empeoró; una noche, al entrar en su
cuarto, Donna encontró a la muñeca sobre su cama con las manos manchadas por un
líquido que parecía ser sangre.
La situación había asustado a la jóvenes y decidieron acudir
a una medium que se encargó de revisar la muñeca, así fue que se enteraron que
en el juguete habitaba el espíritu de una niña de siete años llamada Annabelle
Higgins, quien había sido asesinada en la zona donde se encontraba la casa y
que muchos años atrás había sido un campo donde ella solía jugar.
El espíritu de Annabelle le dijo a la medium que ella se se
sentía cómoda frente a la presencia de Donna y Angie y les pedía que la
aceptaran para que pudiera ser amada y cuidada por ellas. Conmovidas por la
historia las estudiantes de enfermería entonces aceptaron al espíritu en sus
vidas y comenzaron a llamarla Annabelle.
Para Lou la decisión de su novia parecía una completa locura y le aconsejó
reiteradas veces que se deshiciera de la muñeca, al poco tiempo que se reveló
la historia de Annabelle, el muchacho comenzó a tener pesadillas recurrentes
con el juguete.
Lou había decidido terminar de una vez por todas con la
muñeca pero Annabelle actuó primero. Un día, mientras los jóvenes se
encontraban preparando los detalles de un viaje que iban a realizar, se
escucharon ruidos en la casa como si algún intruso hubiera irrumpido en el
lugar por la fuerza, los ruidos provenían del cuarto de Donna, Lou entró en la
habitación y descubrió que todo estaba en orden salvo por un detalle.
Annabelle no estaba en la cama, sino que se encontraba
sentada en una esquina de la habitación. En el momento en que el muchacho se
acercó a la muñeca sintió una extraña presencia sobre sus espaldas como si
alguien se encontrara detrás suyo.
El Padre Egan era un respetado sacerdote de la comunidad de
Connecticut y cuando escuchó la historia que le contaron las estudiantes de
enfermería enseguida supo que se trataba de una situación paranormal.
Como no quería sacar falsas conclusiones discutió los hechos
con el Padre Cooke, quien tenía una posición elevada dentro de la iglesia y
conocía a dos expertos en demonología que iban a saber cómo tratar el caso y
descubrir si realmente se trataba de la presencia de un espíritu en la casa de
las chicas.
Ed y Lorraine Warren eran un matrimonio que contaban con
gran experiencia en el tema y habían fundado en 1952 La Sociedad de
Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra además de abrir el famoso Museo del
Ocultismo en Connecticut que sería el destino final de Annabelle.
Los investigadores trabajaron durante varias semanas en el
caso hasta que llegaron a la siguiente conclusión: Annabelle Higgins no estaba
dentro de la muñeca, y las estudiantes de enfermería habían cometido serios
errores que les podían haber costado la vida.
Ed Warren determinó que la muñeca no estaba poseída sino embrujada, que
es algo muy distinto.
La muñeca era un objeto que el espíritu usaba para atraer la
atención de las jóvenes. Su verdadero objetivo era poseer a Donna.
Finalmente los Warren junto con el sacerdote Cooke
decidieron hacer un exorcismo en la casa para limpiar el lugar de la energía
maligna y negativa que había en todas las habitaciones.
En El Conjuro comenzó todo para Annabelle. Capaz de hacer el
mal de las formas más espantosas, la muñeca existe realmente, y está encerrada
bajo llave en un museo de lo oculto en Connecticut. Sólo la visita un
sacerdote, quien la bendice dos veces al mes.
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“Annabelle” existe y es real.
Reviewed by Maya
on
viernes, agosto 14, 2015
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